Del 6 al 18 de noviembre de 2022 se llevó a cabo en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij la COP27 o Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Esta Conferencia de las Partes (por sus siglas en inglés) viene realizándose desde 1995 y convoca a más de 200 participantes. Entre estos se cuentan países, organizaciones regionales y actores no estatales. El propósito de estas reuniones es exponer situaciones, plantear soluciones y lograr acuerdos en consenso sobre cómo abordar el problema del cambio climático global.

Conoce aquí las cinco conclusiones clave de esta cumbre que establecen las prioridades de las partes en cuanto a su agenda climática durante 2023.

Creación del fondo para reparar pérdidas y daños, un logro de la COP27

Sin duda, esta decisión marca un hito en estas conferencias. Por primera vez, los países desarrollados reconocieron la necesidad de establecer un fondo para financiar las pérdidas que sufren los países vulnerables por catástrofes naturales. Entendiendo que gran parte de situaciones como la sequía y las inundaciones, tienen su origen en el cambio climático.

Aún está pendiente definir asuntos como quiénes deben hacer aportes al fondo y qué países serán beneficiarios de esta financiación. Además, también es necesario determinar de dónde procederán los recursos en dinero para esta iniciativa. A los efectos, un comité de transición planteará recomendaciones sobre cómo poner en práctica dichos acuerdos de financiación y la manera de disponer de fondos. Tales planteamientos serán discutidos y aprobados en la COP28 que se celebrará este año 2023. Probablemente, el mencionado comité tendrá su primera reunión el próximo mes de marzo.

En opinión de Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático (CMNUCC), este resultado de la COP27 es histórico ya que, tras décadas de discusiones, por fin se ha determinado la ruta a seguir para financiar las pérdidas y daños en las comunidades cuyas vidas y medios de subsistencia son arruinados por el impacto del cambio climático.  

Asimismo, las partes establecieron los acuerdos institucionales necesarios para activar la Red de Santiago para casos de pérdidas y daños. Este mecanismo tiene por objeto canalizar la asistencia técnica a los países en desarrollo más proclives a sufrir los efectos del cambio climático.

Mantener el límite del aumento de la temperatura global a 1,5 °C

Para impedir que el calentamiento global supere 1,5°C es indispensable que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero lleguen a su punto máximo antes de 2025. En paralelo, estas emisiones deben disminuir en un 43% antes de 2030. ¡Es decir, solo nos quedan siete años! No obstante, mantener este límite está siendo difícil. CMNUCC advierte que el cumplimiento de los compromisos actuales de los Estados llevará al mundo a un calentamiento de 2,5°C en 2100.

Durante la COP27, los países ratificaron su compromiso de mantener el límite de incremento de la temperatura global en 1,5°C sobre los niveles preindustriales. A los efectos, se creó un programa de trabajo de mitigación, con la finalidad de ampliar con urgencia los objetivos de mitigación y su aplicación. Este programa de trabajo comenzó de inmediato y continuará hasta 2026. Ese año será objeto de una revisión para considerar su ampliación.

También, en la COP27 se solicitó a los gobiernos revisar y fortalecer los objetivos para el año 2030 en sus planes locales sobre el clima. A lo anterior se suma la exigencia de agilizar la sustitución gradual del carbón como fuente de energía y eliminar paulatinamente las subvenciones a los combustibles fósiles.

Las empresas e instituciones deben asumir sus responsabilidades, según la COP27

Esta nueva etapa de aplicación de las políticas climáticas exige que todos los sectores, empresas e instituciones rindan cuentas del cumplimiento de los compromisos adquiridos.

A raíz de la COP27, la prioridad de la CMNUCC en 2023 será exigir transparencia a las instituciones y empresas. El propio Secretario General de la organización solicitó a ONU Cambio Climático la presentación de un plan para asegurar la transparencia y la rendición de cuentas con los agentes no estatales. Este documento debe estar listo a principios de este mismo año.

Cabe destacar que CMNUCC dispone de una plataforma pública, el Portal de Acción Climática Mundial. El mismo ya se emplea para registrar compromisos, dar a conocer planes de transición y efectuar un seguimiento de los informes de aplicación anuales, aunque es imprescindible su ampliación.

La COP27 exigió disponer más ayuda financiera para los países en desarrollo

Sin duda, la financiación es clave para combatir el cambio climático, reparar daños y aplicar tecnología climática, entre otras acciones. En este sentido, la cuarta conclusión de la COP27 consistió en crear un Plan de Implementación. Dicho documento estima que la transformación mundial hacia una economía descarbonizada requerirá inversiones que pueden sumar de 4 a 6 billones de dólares anuales. Para obtener tal financiación es indispensable transformar el sistema financiero lo más pronto posible y en su totalidad, incluyendo sus estructuras y procesos. En función de este objetivo, es muy necesario contar con la participación de los involucrados. Concretamente, gobiernos, bancos centrales y bancos comerciales; así como también inversores institucionales y otros agentes financieros.

Desde esta misma perspectiva, otro resultado relevante en el tema de la financiación fue el llamado a los países desarrollados participantes para que otorguen recursos a la segunda reposición del Fondo Verde para el Clima. El pleno de la conferencia aceptó con beneplácito las promesas de aportes al Fondo Especial para el Cambio Climático (más de 35 millones de dólares). Al igual que aplaudió contribuciones de más de 211 millones y de más de 70 millones al Fondo de Adaptación y al Fondo para los Países menos adelantados, respectivamente. 

Convertir el discurso y las promesas en acción

Por último, las promesas climáticas de los participantes de la conferencia no tendrían ningún valor si no salen del papel para concretarse. La COP21, en Francia, aportó el Acuerdo de París. Por su parte, las de Katowice (COP24, 2018) y Glasgow (COP26, 2021) proporcionaron el plan. Entonces, lo previsto era que la COP27 fuera la edición de la «implementación».

En consecuencia, el conjunto de decisiones expresadas en la conferencia de Sharm el Sheij tiene un enfoque preciso en la aplicación. Por lo tanto, su propósito es fortalecer las actividades concretas de los países para lograr la disminución de la emisión de gases GIS, así como a prever y adaptarse a los inevitables impactos del cambio climático. Igualmente, impulsar la materialización del apoyo financiero, tecnológico y de formación que requieren los países en desarrollo.

Precisamente, los países participantes establecieron con firmeza que la transición hacia un desarrollo libre de emisiones y con una fuerte resistencia al cambio climático debería ser “ambiciosa, justa y equitativa”. Finalmente, el Secretario General de la CMNUCC prometió que el organismo apoyará a las partes y a las Presidencias futuras de la COP en el recorrido hacia la nueva fase de implementación.  

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